martes, 20 de diciembre de 2011

Capítulo XV

Fue leer su mensaje y mi corazón comenzó a recordar todos esos sentimientos que en mí moraban por él, esas ganas de estar con él, pero ya estaba todo hecho. Las cosas iban a cambiar y tendría que ser yo quien tomara la primera decisión.. Sin pensarlo decidí que lo mejor para los dos sería que el tiempo se llevara con él los sentimientos y que para ello sería necesario perder el contacto por una temporada. Por eso decidí responder a su mensaje mediante un correo.


"Lucas...me parece hermoso lo que me dices, pero siento en este momento no responderte de la misma manera...yo se y entiendo que lo que te voy a decir te va a doler y no pienses que a mí no. Quiero decirte que he tomado esta decisión porque pienso que va a ser mejor para los dos. A partir de ahora no quiero que tengamos ningún tipo de relación, lo siento, pero pienso que lo mejor es que perdamos el contacto por un tiempo para no alimentar nuestros sentimientos y hacer esto más fácil. Es tiempo de que conozcamos a otras personas, nuevas experiencias cada uno por su lado. Así que esto es lo último que vas a saber de mí. Hasta pronto. Y aunque no me creas...te quiero."


¿Estaba comportándome como una insensible? puedes ser...¿Cómo podía pensar en hacerle esto a Lucas cuando hace nada todo estaba "bien"? 
Puede ser que me consideren la peor persona del mundo, pero no quiero que ninguno de los dos sufra.
¿Y no se sufre por esto? si, pero por un tiempo. Se olvidará de mí algún día y encontrará a alguien mejor y volverá a enamorarse.


Mientras gotas de sal recorrían mis mejillas, acto seguido borré toda dirección, todo número, todo dato que poseyera de él y limité cualquier medio de comunicación por el cual pudiera comunicarse conmigo.
Tenía que comenzar una nueva etapa, nuevos amigos, nuevas experiencias, y algún día también encontrar esa media naranja argentina que siempre soñé.
Después de esto me dormí, y del cansancio me desperté justo al día siguiente a buena hora de la mañana, ventajoso para acostumbrarme al cambio de horario. Hoy me esperaba un día lleno de trabajo.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Capítulo XIV

Llegué al aeropuerto de Buenos Aires sin ningún problema. El viaje había sido largo pero tranquilo.
Bajé del avión, recogí mis maletas y cuando llegué a la salida pude distinguir al fondo cuatro figuras con una pancarta en mano con letras de color fluorescentes que decía: " Bienvenida Mariana a tu querida Argentina".
No podía estar más emocionada. Rápidamente me acerqué a ellos, e indudablemente era la familia de mi amiga Candela. Era aún más emocionante porque era la primera vez que los veía en persona. 
Dejé mis cosas en el suelo y sin dudarlo un segundo abracé fuertemente a Candela. Las lágrimas salían de mis ojos. Tanto tiempo esperando este momento.


-¡Ami! ¡No lo puedo creer aún!
-¡Yo tampoco!
Seguíamos abrazadas.
-¿Cómo andás?
-¡Genial! ¿cómo quieres que esté? ¿y vos, qué onda? -le dije en tono broma imitando su peculiar acento-
-Más que genial, pronto serás una de los nuestros con acento y todo.
-Jajajaja, eso espero.


Después de saludar al resto de su familia, sus padres Pablo y Florencia, y su hermana Agustina, nos condujimos hacia el coche de su padre que se encontraba parado a la salida del aeropuerto.
No podía creer que estuviera en Argentina, el sueño de toda mi vida.
Mientras íbamos de camino a su casa, aproveché para mandar un mensaje a mis padres, a Blanca y a Lucas avisándoles de que había llegado sin ningún problema. 
Estuve todo el camino hablando con la familia y contándonos millones de cosas, me sentía muy cómoda y feliz. 
Finalmente después de casi una hora llegamos a la casa de mi amiga Cande y rápidamente me sacó del coche y me llevó al interior sobre todo para mostrarme la habitación que íbamos a compartir, es decir, su propia habitación, en ese sentido me encantaba la idea de poder por la noche tirarnos horas y horas hablando.
Cuando entré en su habitación, me encantó todo. Tenía las paredes de color beige y todos sus muebles eran estilo vintage de color blanco, tenía una gran ventana donde penetraba la luz del sol y colgaba de ella unas largas cortinas de color azul cielo. Tenía una estantería llena de libros, una afición que compartíamos. Dos camas, y una de las paredes estaba cubierta de fotos de cumpleaños, de cuando era pequeña, de salidas con amigos,etc.


-Cande, me encanta.
-¿Si?
- Totalmente.
-Me alegro, bueno vamos a agarrar las maletas al coche y dejás tus cosas acá, más tarde ahí está el placard, lo hemos dividido en dos para que puedas tener tu parte y ahora comemos algo y descansás.
-Gracias Cande, sos una amor.
- Te quiero mucho ami,  no puedo creer que estemos juntas.
-Yo también. -nos abrazamos-


Fuimos al coche, recogí mis maletas y las dejé en el cuarto. Luego me enseñó su casa, era espaciosa y con mucha luz, un sueño. Nos condujimos a la cocina y me hizo las típicas milanesas para comer, estaban buenísimas. Parecía que el estado de shock por así decirlo en el cual me encontraba, porque aun no podía creerlo, hacía olvidar por momentos mi vida en España. Sí, era algo extraño y solo habían pasado horas. Pero más tarde Candela me invitó a que me fuese ya a dormir, había sido un largo viaje y aun no estaba acostumbrada al cambio de horario. Mañana sería otro día.
Dejé mis cosas en una esquina de mi habitación y solo abrí una de mis maletas para buscar un pijama.
Me lo puse y me metí enseguida a la cama, cogí mi móvil para ver si tenía nuevos mensajes y...su mensaje me hizo volver a la realidad, a salir de mi estado de shock.


"Me alegro de que hayas llegado sin ningún problema, solo han pasado horas desde la última vez que te vi y lo único que no puedo hacer es dejar de pensar en ti. Creo que no aguantaré mucho sin coger un avión destino Argentina y llevarte conmigo. Recuerda : Te quiero. Lucas."

domingo, 23 de octubre de 2011

Destino: Argentina

Me encontraba en el avión, me esperaban doce horas de vuelo aproximadamente. Apenas me despedí en el aeropuerto de mis padres, ya que no quise que ninguna otra persona viniera a despedirse ya que era bastante doloroso y las despedidas no eran lo mío. 
Decidí escuchar música en el ipod, sentía la necesidad de descansar, así que intenté dormir algo, aunque un avión no fuese lo más cómodo, pero así pasarían las horas más rápido y no tendría tiempo de pensar en él.
Estaba a punto de conciliar el sueño, cuando comenzó a sonar "Solo para ti" de Camila, los recuerdos comenzaron a inundar mi mente y no pude evitar que empezaran a surgir pequeñas gotas sobre mis ojos que comenzarían a derramarse por mis mejillas, era escucharla y recordar cada momento de esa noche, de anoche.
Inmediatamente apagué la música, pero sentí que necesitaba escribir y desahogarme, así que cogí mi pequeña libreta del bolso que siempre llevaba conmigo y comencé:

" Hoy 22 de noviembre, me encuentro en un avión con destino Argentina donde voy a emprender una nueva etapa de mi vida. Pero en este momento lo único que pasa por mi cabeza es su nombre: Lucas.
Si mi mejor amigo, del cual he descubierto que estaba enamorada, capaz fueron sentimientos escondidos por mucho tiempo en el fondo de mi corazón pensando que no tenían nada que ver con un amor más profundo.
Simplemente un beso, abrió mis ojos, y la puerta que intentaba cerrar en mi corazón para que no fluyesen los sentimientos y darme cuenta de las cosas. ¿Quién iba a imaginar que nosotros después de años de amistad, acabáramos enamorándonos? Lo de anoche, todo lo que preparó para mí, todas sus palabras...fueron algo increíble que nunca hubiese imaginado, ¿quién iba a decir que se enamoraría de mí? con la de "miles" de chicas que iban detrás suya. Todo muy bonito por cierta parte, pero pienso que este momento tiene peso la parte mala. Ya está, ya me fui, ahora las cosas cambiarán radicalmente, y no volverá a ser lo mismo. Si, tengo que mentalizarme. Él en algún momento se olvidará de todo, encontrará a esa persona que le hará feliz, y yo pues seguiré con mi vida, imaginando que algo mejor llegará. Ahora solo me centraré en mis años de universidad, en trabajar y disfrutar del nuevo lugar donde voy a vivir. Un nuevo país, el cual era mi sueño ir."

Ahora sí, me sentí relajada después de escribir y por fin pude dormir.


jueves, 20 de octubre de 2011

Despedida. Capítulo XII

- Todo me pasa a mí.
- Eso no lo discuto, jajajajajaja
-Lucas,  ¿puedes parar de reírte de mí?
-No , jajajajajajajaja
Comencé a enfadarme y empecé a caminar hacía el coche.
-Mar...no te enfades...
-No me enfado, llévame ya a casa.
-Ok, pero si me das un beso.
- ¬¬, tranquilo ya me voy caminando.
-Oh, cuidado que te puede comer el hombre lobo, recuerda que hoy hay luna llena.
- ¿Lucas? osea, ¿tú te estás oyendo? , no estoy de broma.
-Ok ok no me pegues...
Llegamos al coche.
-Bueno...¿abres?
-Ah si, perdón.
Lucas abrió el coche, y rápidamente me introduje en él, tenía la cabeza que en cualquier momento me iba a estallar, demasiadas emociones y acontecimientos en una misma noche y encima la última.
Estuvimos en silencio varios minutos, yo le miraba de reojo y no se por qué pero comencé a reírme.
No podía parar.
Lucas me miró sorprendido.
-¿Mar?
- Jajajajajajajajajajajajajajaj.. era imposible parar.
-¿Estás bien? ¿de qué te ríes?
- De todo, me río de todo. ¿No te hace gracia todo lo que ha sucedido esta noche?
-No y si...pero en serio me das miedo.
- Uuuuuuuuh... -Me puse a imitar el sonido de un fantasma.-
- ¿Mar?
Me sentía un poco mareada y ya no sabía que estaba diciendo.
Lucas paró el coche a un lado de la carretera, se paró frente a mí y puso su mano sobre mi frente.
- ¡Mar! ¡pero si tienes fiebre!
-¿Qué dices? ¿Yo? ¿Fiebre? No digas tonterías...
-No, las tonterías las estás diciendo tú. Y si, tu frente arde.
- Una vez leí que el estrés puede provocar fiebre, ¿será eso?
-Jajajajajaja, no sé.
- Bueno la verdad que no me encuentro muy bien, eso no es buena señal y mañana cojo mi avión hacía mi nueva vida, y yo sigo aquí a tu lado, dentro del coche, sabiendo que en pocas horas me levantaré para ir al aeropuerto, pero no pasa nada, yo estoy tranquila, muy tranquila.
-Ya Mariana, deja de hablar y descansa hasta que lleguemos. Aun soy incapaz de asimilar todo lo que ha pasado, pero lo que más es que mañana te habré perdido.
-Lucas, no empecemos...
-Ya veo que todo esto no te importa.
-Lu...
Lucas arrancó el coche y se puso en marcha camino a casa, podía ver su dolor reflejado en su rostro cada vez que los pensamientos recorrían su mente. No volvió a hablarme hasta que paró frente a mi casa.
-Bueno, ya estás en casa.
-Si, muchas gracias.
-¿Quieres que te acompañe?
-Ok, creo que entre el cansancio y el malestar, tengo riesgo se matarme por el camino.
- me sonrió-
-Si, y más tú.
Salimos del coche, y agarrada a su brazo me condujo hacía mi casa, abrí la puerta y me llevó hasta mi habitación.
-Lucas...puedes sentarte un momento.
-Si, claro.
Nos dio por sentarnos en el suelo, apoyando nuestras cabezas en la cama.
Me miraba fijamente, esperando a que comenzase a hablar.
-Perdóname, me he comportado como una tonta en todo momento.
-No, Mariana no me pidas perdón, entiendo que no es una situación fácil ni para ti ni para mí.
-Es que Lucas...¿cómo hemos podido terminar así?
-No lo sé. Supongo que es culpa mía por montar todo esto. Si yo no te hubiese dicho nada...las cosas no estarían así ahora.
-No te sientas culpable, porque a pesar de todo me encantó todo lo que hiciste.
-Mar...te voy a extrañar mucho.
-Lucas...yo más.
-Jajaja, ¬¬ ¿discutimos?
Le dediqué una sonrisa.
-Vale...¿los dos por igual?
-Así está mejor.
-Bueno supongo que es hora de que nos despidamos.
Pude observar cómo nuestros ojos se llenaban de lágrimas.
-Te quiero, y cuando vuelvas te estaré esperando.
-Lucas...no me prometas cosas que pueden cambiar de cualquier momento a otro.
-Sé bien lo que digo.
-Lu...yo también te quiero, y no sé que voy a hacer sin poder verte ni hablar como ahora lo estamos haciendo.
-Yo tampoco. ¿Mar?
-¿Si?
-Yo se que esto no ayuda, pero como última vez capaz en nuestras vidas, ¿me permites darte un último beso?
-Si ya lo hiciste dos veces, creo que una tercera no será para tanto.- le dije sonriendo-
Y él se acercó, y posó sus labios sobre los míos nuevamente, era tan tierno, deseaba que se parase el tiempo y que ese beso no terminara nunca. Sentía mis mariposas revolotear en mi estómago y temblaba de los nervios.
Se apartó ligeramente de mí.
-Mar desearía que este momento durara toda una vida.
-Y yo...
-Sé que pronto nos volveremos a ver.
-Muy pronto.

domingo, 9 de octubre de 2011

Capítulo XI

-Lu...ahora no llores tú...
-Mar, ¿tú sabes lo que acabas de decir?
-No, no me acuerdo parece ser que soy como los peces , tres segundos de memoria...-Le miré con sarcasmo-
-Tonta...no se si llorar o reírme.
-Prefiero verte reír. -Le dije dibujando una sonrisa en sus labios.-
Nuestras sonrisas se encontraron, y las lágrimas cesaron.
-Lucas...ahora hablando en serio, sabes que lo nuestro es imposible ¿no? , ojalá fueran de otra manera las cosas , pero yo voy a estar mucho tiempo fuera y nosotros, juntos, a distancia...no es una buena idea. -Ahora nuestras sonrisas se desvanecieron.-
-Pero Mar, no hay nada imposible, por lo menos podríamos intentarlo.
-Lucas...¿te crees que no me gustaría?, pero la distancia solo provoca dolor y desconfianza. No poder vernos, ni vivir momentos juntos, ni siquiera un beso...y que es peor...¿y si alguno de los dos se enamora de otra persona? Lucas son muchos factores en contra.
-O tú que eres muy pesimista.
-¿Lucas? no soy pesimista, simplemente es la realidad.
Lucas apartó su mirada de la mía, se giró dándome la espalda.
-Bueno señorita realista, respetaré tu decisión.
Me acerqué, y le abracé por la espalda y al momento se volvió a girar para estar frente a mí, y ahora nuestras miradas se volvieron a encontrar.
-Te quiero. -Se limitó a decir.-
Sabía que esta vez te quiero tenía un significado diferente.
-Lucas... no me hagas esto...
Y sin poder evitarlo sus labios volvieron a encontrarse con los míos. Pero rápidamente me aparté...
-No puedo...lo siento...será mejor que me vaya...
-¿Irte? ¿sola? 
-Si.
-Pero si solo tenemos mi coche para volver.
-No importa, llamaré a un taxi o a alguien.
-Mar...déjame que te lleve por lo menos...
-No. 
-No seas cabezota.
-No lo soy.
Busqué en mi bolso mi móvil, pero cuando lo cogí estaba apagado...me había quedado sin batería. Esto no me podía estar pasando a mí. 
-Lucas...
Él ya se estaba riendo de mí.
-¿Se puede saber de que te ríes?
-No tienes batería. Así que te tocará ir conmigo.
-Déjame el tuyo.
-¿Qué?
-Que me dejes tu móvil.
-Jajajajajajaj, no.
-Lucas...
-JAJAJAJAJAJA
-Yo no me río.
Sacó su móvil de su bolsillo y lo puso en alto diciendo:
-¿Lo quieres?
-¬¬ ¿Te crees muy gracioso, no?
-Y digamos que sí.
-Si tanto me quieres dámelo.
-No intentes manipularme, que te conozco.
Entonces me fui acercando para quitárselo pero él echó a correr, y yo como una tonta detrás de él. Sabiendo que era imposible alcanzarle, hice como que me caía y preocupado se acercó...
-¡Mar!, ¿estás bien?
Y de repente le cogí y le tiré a la arena...
-¡Tramposa!
Comencé a revolcarlo por la arena como venganza.
-Mar...luego vas a ser tu quien limpie el coche.
-Si si, ahora dame el móvil.
-Ah, ese que gracias a ti, se ha llenado de arena y ahora no funcionan las teclas, si señorita como usted quiera.
No, no podía ser...y si, no me quedaría más remedio que irme con él.



                                                                  Continuará.

Te vi venir...

martes, 4 de octubre de 2011

Capítulo X

Era un momento único, hermoso, parecía que todo estaba sacado de un sueño. Pero caí, mi mente comenzó a reaccionar y empecé a analizar la situación. Esto no estaba bien. No, no lo estaba. Era mi mejor amigo, mañana me iba a Argentina, las cosas iban a cambiar y esto solo podía traer más dolor a mi corazón.
Mientras él me besaba tiernamente, lágrimas comenzaron a derramarse por mis mejillas...
Lucas se percató.
-Mar, ¿estás llorando?
No podía hablar, mi cabeza me lo impedía, las ganas de derrumbarme en ese momento estaban a punto de ganarme. En mi mente sonaba una voz que me repetía que huyese. Entonces no pude más, me aparté de él e intenté escapar de aquel lugar. Comencé a correr hacia la salida de la playa, pero entre la oscuridad y las lágrimas que cegaban mis ojos no podía hacerlo con facilidad.
Lucas no lo dudó ni un segundo y comenzó a ir tras de mí.
-¡MAR! ¡MAR! ¡Espera! yo...yo lo siento, ¡hablemos!. Lo siento...yo no quería que esto pasará...

Me detuve por un instante, él se encontraba a un metro detrás de mí.
Tenía razón, no podía dejarle ahí sin explicación alguna de mi reacción y menos terminar así la noche después de todo lo que había hecho, pero principalmente porque sería la última vez que lo vería.
Me dí la vuelta, corrí hacia él hasta que me refugié entre sus brazos. Solo podía llorar.
-Mar...ya pasó...lo siento...yo no quería que te pusieses así. -intentó consolarme-
-Lu...Lucas...esto es muy difícil para mí. Yo...yo...-apenas me salía la voz-
-Mar no hables, tranquila. -Me abrazó más fuerte.- Sabía que esto no era una buena idea, pero no podía permitir que te fueras sin confesarte esto que no me deja respirar cada vez que te veía.

Me serené, y le miré a los ojos...reflejaban dolor, tristeza, pero también amor, ternura...
-Lucas...esto es muy difícil para mí, fue hermoso lo que hiciste y has tenido un gran valor en confesarme lo que sientes por mí. Lloro porque tú me dices esto, siendo la persona con la que he compartido tantos momentos y que sabe todo de mí, esa persona que ha estado en lo malo y en lo bueno, entregándolo todo sin importar nada. ¿Pero tú sabes lo que significa todo esto?, esto significa que las cosas van a cambiar, mañana yo me voy a Argentina y tú te quedas aquí, y me encantaría decirte que yo también siento lo mismo o mejor dicho que no sentía lo mismo... Lucas...este beso...
-Si, no digas nada más. -Me dijo interrumpiéndome.- Lo entiendo. -Ahora sus ojos reflejaban solamente tristeza y dolor.-
-Lucas...no me has dejado terminar. Quiero decir que ese beso ha sido el más tierno que nunca me han dado, que ese beso ha removido mi ser, que algo especial me ha hecho sentir...
Podía observar como ahora eran sus lágrimas las que comenzaban a recorrer sus mejillas.


                                                            CONTINUARÁ



viernes, 30 de septiembre de 2011

Capítulo IX

Lucas sacó de la parte de atrás un gran ramo de violetas, era precioso. Creo que iba a llorar de la emoción. Y cada vez me sentía más nerviosa y no sabía por qué.
-¡Ay! ¡qué amor! gracias y más gracias, me vas a hacer llorar ¡eh! ¬¬
-No, no llores, ¡recuerda el rímel! - me dijo soplándome en los ojos bromeando.-
-Jajajajaja, ya ya, te quiero mucho, ¿sabes?
-Yo también. Bueno, ¿nos vamos?
-Si, adelante.


Comenzó a conducir, el camino que tomó me resultaba familiar...mientras tanto sonaba una de mis canciones favoritas "Solo para ti" de Camila. 
"Eres todo lo que pedía, lo que mi alma vacía quería sentir..."
-Me encanta esta canción
-Si, a mí también.
Acabamos cantándola juntos, ¡sonábamos muy bien!
-Bueno, fin del trayecto.
-¡Bien! Lucas...este lugar me resulta familiar...jajajajaja.
-Si, es la playa donde te llevé aquella noche que tu madre interrumpió.
-¡Ah, si! ¡es verdad! jajajajaja.
-Bueno...¿preparada?, permíteme vendarte los ojos.
-¿Esto es un déjà vu o te estás repitiendo? jajajajaja.
-Calla, ya verás que no. Además todo tiene su significado, el hecho de volver a este lugar.
-Bueno, bueno, ok.


Lucas me vendó los ojos y me guió hasta donde llegaba la arena y me dijo que me quitara los zapatos y así hice.
-¿Preparada?
-Si.
Cuando Lucas me adentró a la arena y quitó la venda de mis ojos, a consecuencia de lo que mis ojos vieron, creí por un momento que el corazón se quedaría ahí parado.
Era hermoso, parecía una escena sacada de una película. Podía observar un pequeño camino de pétalos de rosas que conducía a una mesa para dos decorada con un estilo clásico. Todo esto rodeado de antorchas que iluminaban el lugar. Podía ver el cielo estrellado como la primera vez que lo vi, escuchar el sonido del mar, era todo perfecto.
-¡Aiaja, me muero!, pero...¡que lindo! Gracias Lucas, no me esperaba esto de ti eh, tan detallista resultastes ser. -Me precipité a darle un beso en el cachete.-
-Mar, me dejarás el pintalabios marcado por dármelo tan fuerte.
-¡Anda, calla! que son permanentes, de los que no manchan...jajajajajaja.
Nos reímos juntos.
-Bueno, ¿cenamos?
-Si.


Nos sentamos. Él me ofreció el asiento y me senté, a continuación sirvió la cena y se sentó enfrente mía.
Era todo tan hermoso...
Estuvimos hablando de miles de cosas y riéndonos sin parar. Sentía su mirada fija en mis ojos en todo momento y yo le respondía con la mía. Algo extraño se podía sentir en el aire.
-Mar, ¿quieres bailar?
-¿Con lo patosa que soy?
-No pasa nada, yo te enseño. -Me dijo con una sonrisa.-
-Está bien, porque eres tú eh.


Puso una canción de vals y nos pusimos a bailar al unisono de la música. Varias veces le pisé, aun así nos reíamos juntos. Comenzó a sonar una canción lenta, él tomándome por la espalda, me acercó más hacia él.
-Mar...
-¿Si? -Tenía voz de tonta-
-¿Todo bien?
-Genial...
Se acercó a mi oído...
-¿Recuerdas que tu madre interrumpió justo cuando te iba a decir algo importante?
-Si.
-Bueno, te lo voy a decir.


En ese momento comenzó a cantarme al oído: "Eres lo que tanto esperaba, lo que en sueños buscaba y que en ti descubrí. Tú has llegado a encender cada parte de mi alma, cada espacio de mi ser. Ya no tengo corazón, ni ojos para nadie, solo para ti."
Quedé en shock, no podía asimilar lo que estaba escuchando, el corazón iba a mil por hora y algo extraño sentí en mi interior, ¿nervios?, ¿mariposas?, tenía miedo.
Pero el borró mis pensamientos.
Cogió mi cara entre sus manos y comenzó a acercarla hacia la suya...su nariz rozaba la mía...no sabía que hacer. Sabía lo que iba a ocurrir, pero no podía pensar más, así que me deje llevar.
Acercó sus labios hacia los míos hasta que pudo rozarlos con suavidad...hasta que se convirtió en un beso tierno, dulce, romántico, simplemente indescriptible...me encontraba en sus brazos, besándome con mi mejor amigo.




                                                                      Continuará.





Capítulo VIII

Era de día, la luz penetraba por los huequitos de mi persiana, parece que iba a hacer buen día y no me equivocaba. Cuando me levanté y abrí la persiana, un espléndido sol se encontraba en medio del cielo.
¡Qué bonito un día así para ser el último!


Me dirigí hacia mi armario y me vestí con algo sencillo. Bajé a desayunar, toda mi familia me esperaba, era mi último desayuno con ellos. Me prepararon de todo y estuvimos un largo rato hablando y recordando viejos tiempos y de todo lo que comenzaría con mi nueva vida en Argentina.
Cuando terminé, me cepillé los dientes, me senté en la cama y me puse a pensar en muchas cosas, hasta que me acordé que esa noche iba a cenar con Lucas. Nuestra última cena, no sé que iba a hacer sin él...sin verle...iba a ser duro.

Esa semana la había dedicado a guardar todo lo que me quedaba de las últimas maletas y recoger la habitación. No hice nada más hasta que se hicieron las 20:00pm y decidí empezar a prepararme.
Me duché y me puse mi mejor vestido, uno de color rojo, palabra de honor con zapatos a juego. Decidí ponerme aquel colgante, mi favorito, que me regaló Lucas por mi cumpleaños de los dieciocho. Un corazón plateado con una inscripción donde decía "Siempre en ti". Que recuerdos me trajo al observarlo, enseguida me maquillé, labios rojo carmesí y ojos ahumados, por último dejé mi larga melena suelta.
Me senté en la cama al terminar y respiré hondo, tenía todo bajo control, solo sabía que al final de la noche acabaría con la cara llena de manchurrones de llorar.

Eran las 21:00pm, sonó el pitido de un coche, era él. Estaba nerviosa... y no sabía por qué. Era algo normal quedar con él.
Bajé y me esperaba al salir, estaba guapísimo, nunca lo vi tan arreglado...esmoquin...pelo desaliñado...
Parecíamos que íbamos a una boda. 
Cuando me vio, se quedó con la boca abierta...

-Lucas, cierra la boca que te van a entrar moscas...jajajaja -le dije sonriendo-
-¡Oh! Madre mía...Mariana...estás...estás...impresionante.
 (Sentía que un pequeño rubor subía a mis mejillas)
-Gracias, pero tú más eh...
-Jajajaja no, tu más.
-Anda...mejor lo dejamos en los dos...jajajajajaja
-¿Preparada?
-Si, ¿a dónde me llevas?
-Pues no creas que te llevo al mejor restaurante, jajajaja, me lo he currado yo solito, así que ya verás.
-Aiaja...que nervios.
-¿Estás nerviosa?
-Si, mucho.
-Jajajaja, bueno tranquila.
-Ya me tranquilizo...aummm.
-Jajajajaja tú y tus meditaciones.

Subimos al coche, olía a violetas, mi aroma favorito.
-¿Le has echado ambientador de violetas al coche?
-Jajajajajaja
-¬¬ Responde.
-No.
-¿Entonces? Sabes que es mi aroma favorito.
-Si, lo sé, y por eso quería regalarte esto...



                                               No se pierdan el próximo!!!