jueves, 20 de octubre de 2011

Despedida. Capítulo XII

- Todo me pasa a mí.
- Eso no lo discuto, jajajajajaja
-Lucas,  ¿puedes parar de reírte de mí?
-No , jajajajajajajaja
Comencé a enfadarme y empecé a caminar hacía el coche.
-Mar...no te enfades...
-No me enfado, llévame ya a casa.
-Ok, pero si me das un beso.
- ¬¬, tranquilo ya me voy caminando.
-Oh, cuidado que te puede comer el hombre lobo, recuerda que hoy hay luna llena.
- ¿Lucas? osea, ¿tú te estás oyendo? , no estoy de broma.
-Ok ok no me pegues...
Llegamos al coche.
-Bueno...¿abres?
-Ah si, perdón.
Lucas abrió el coche, y rápidamente me introduje en él, tenía la cabeza que en cualquier momento me iba a estallar, demasiadas emociones y acontecimientos en una misma noche y encima la última.
Estuvimos en silencio varios minutos, yo le miraba de reojo y no se por qué pero comencé a reírme.
No podía parar.
Lucas me miró sorprendido.
-¿Mar?
- Jajajajajajajajajajajajajajaj.. era imposible parar.
-¿Estás bien? ¿de qué te ríes?
- De todo, me río de todo. ¿No te hace gracia todo lo que ha sucedido esta noche?
-No y si...pero en serio me das miedo.
- Uuuuuuuuh... -Me puse a imitar el sonido de un fantasma.-
- ¿Mar?
Me sentía un poco mareada y ya no sabía que estaba diciendo.
Lucas paró el coche a un lado de la carretera, se paró frente a mí y puso su mano sobre mi frente.
- ¡Mar! ¡pero si tienes fiebre!
-¿Qué dices? ¿Yo? ¿Fiebre? No digas tonterías...
-No, las tonterías las estás diciendo tú. Y si, tu frente arde.
- Una vez leí que el estrés puede provocar fiebre, ¿será eso?
-Jajajajajaja, no sé.
- Bueno la verdad que no me encuentro muy bien, eso no es buena señal y mañana cojo mi avión hacía mi nueva vida, y yo sigo aquí a tu lado, dentro del coche, sabiendo que en pocas horas me levantaré para ir al aeropuerto, pero no pasa nada, yo estoy tranquila, muy tranquila.
-Ya Mariana, deja de hablar y descansa hasta que lleguemos. Aun soy incapaz de asimilar todo lo que ha pasado, pero lo que más es que mañana te habré perdido.
-Lucas, no empecemos...
-Ya veo que todo esto no te importa.
-Lu...
Lucas arrancó el coche y se puso en marcha camino a casa, podía ver su dolor reflejado en su rostro cada vez que los pensamientos recorrían su mente. No volvió a hablarme hasta que paró frente a mi casa.
-Bueno, ya estás en casa.
-Si, muchas gracias.
-¿Quieres que te acompañe?
-Ok, creo que entre el cansancio y el malestar, tengo riesgo se matarme por el camino.
- me sonrió-
-Si, y más tú.
Salimos del coche, y agarrada a su brazo me condujo hacía mi casa, abrí la puerta y me llevó hasta mi habitación.
-Lucas...puedes sentarte un momento.
-Si, claro.
Nos dio por sentarnos en el suelo, apoyando nuestras cabezas en la cama.
Me miraba fijamente, esperando a que comenzase a hablar.
-Perdóname, me he comportado como una tonta en todo momento.
-No, Mariana no me pidas perdón, entiendo que no es una situación fácil ni para ti ni para mí.
-Es que Lucas...¿cómo hemos podido terminar así?
-No lo sé. Supongo que es culpa mía por montar todo esto. Si yo no te hubiese dicho nada...las cosas no estarían así ahora.
-No te sientas culpable, porque a pesar de todo me encantó todo lo que hiciste.
-Mar...te voy a extrañar mucho.
-Lucas...yo más.
-Jajaja, ¬¬ ¿discutimos?
Le dediqué una sonrisa.
-Vale...¿los dos por igual?
-Así está mejor.
-Bueno supongo que es hora de que nos despidamos.
Pude observar cómo nuestros ojos se llenaban de lágrimas.
-Te quiero, y cuando vuelvas te estaré esperando.
-Lucas...no me prometas cosas que pueden cambiar de cualquier momento a otro.
-Sé bien lo que digo.
-Lu...yo también te quiero, y no sé que voy a hacer sin poder verte ni hablar como ahora lo estamos haciendo.
-Yo tampoco. ¿Mar?
-¿Si?
-Yo se que esto no ayuda, pero como última vez capaz en nuestras vidas, ¿me permites darte un último beso?
-Si ya lo hiciste dos veces, creo que una tercera no será para tanto.- le dije sonriendo-
Y él se acercó, y posó sus labios sobre los míos nuevamente, era tan tierno, deseaba que se parase el tiempo y que ese beso no terminara nunca. Sentía mis mariposas revolotear en mi estómago y temblaba de los nervios.
Se apartó ligeramente de mí.
-Mar desearía que este momento durara toda una vida.
-Y yo...
-Sé que pronto nos volveremos a ver.
-Muy pronto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario